Érase una vez un papel en blanco.
Para empezar, quiero hablar sobre uno de los temas que creo que a todos los que nos dedicamos o queremos dedicarnos al mundo creativo nos hemos encontrado alguna vez.
Ya sea al realizar ejercicios propios, enfrentarnos a un encargo poco claro o inspirador o por puro entretenimiento, a veces, la psique nos juega malas pasadas y hacer algo en ese papel en blanco se vuelve más complicado de lo normal.
Así que ahí van algunos truquillos que me han ayudado, sobre todo, en el campo de la ilustración.
Primero: Relájate
Si lo haces simplemente porque te gusta y/o quieres mejorar, tranquilo! La única presión que puedes tener es la que te pongas tú y no deberías, pues tienes todo el tiempo del mundo y lo importante ahí es la perseverancia.
Si te encuentras en esta situación frente a un trabajo, lo mismo, relax. Ya sabes que los imposibles no existen y que trabajar “sin pensar” no lleva más que a más situaciones incómodas. Muchas veces la diferencia está en el tiempo dedicado a trabajar, así que si el problema pasa por el tema tiempo, primero plantéate advertir a tu cliente si se han agotado al 100% los deathlines. Por mucho que te paguen, no se puede construir un rascacielos completamente funcional de la noche a la mañana. Siempre faltarán cosas. Por lo tanto tu problema no es la creatividad ni el papel en blanco. Es otro. Algún día hablaremos de cómo resolver estas situaciones.
En cualquiera de las dos opciones, solo te queda una cosa por hacer: a trabajar!
Segundo: Empezamos
Inspirar-expirar. En eso consiste el siguiente ejercicio, una mezcla de unos cuantos tutoriales útiles que hay por ahí. También algún día habrá algún post sobre ellos.
Se trata de la técnica de las manchas. Se basa en lo que nos sucede muchas veces cuando vemos una mancha de café en una servilleta, las gotas de cerveza en la mesa del bar o cuando miramos a las nubes. La idea es “ver cosas” y saber “cómo redirigirlas” a lo que quieras. Ahí reside la imaginación y es precisamente eso lo que queremos despertar.
Al ejercicio incorporaremos el efecto tiempo, que tanto si es para ti mismo como si es que vas apurado, te vendrá muy bien.
En primer lugar, dividiremos el tiempo del que disponemos en tres partes: 20%-50%-30%. Si no dispones de límite, puedes alargarte lo que quieras en cada una de las partes, pero ten en cuenta que debes ponerte un límite, sino, no avanzarás! Si realizas varias veces este ejercicio, puede que al final acabes variando un poco los porcentajes, pero te recomiendo que las primeras veces seas estricto con estos.
Al lío! Imagínate que tenemos 2h. de tiempo libre o faltan 2h. para librar en viernes y hay tienes que enseñar algo al cliente. ¿Qué hacemos?
25min. – Prepara el celebro
Aunque parezca banal, no lo es. La cosa consiste en empapar nuestro cerebro. Si disponemos de internet, hay que aprovechar recursos como Pinterest, Instagram, Behance o el propio Google Images como fuentes de información para nuestro brainstorming interno. Las que tu quieras y seguro que ya sabes. Si tenías un tema, busca sus relacionados, qué se ha hecho, qué colores y técnicas se utilizan, para qué lo quieres, para qué lo hacen, etc., y con todo eso en la cabeza, vas abriendo pestañas o pantallazos de las imágenes para guardarlas en una carpeta o directamente sobre un documento abierto.
No vas a utilizar nada directamente de ello, pero sí que es importante tener referencias para no alejarte del objetivo y empezar a ejercitar la mente sobre el tema en sí. Si no tenías tema, simplemente dedícate a recopilar las imágenes que te gustan, mejor si son diferentes, por tema, por colores, luces. Y lo mismo, la idea es tener un recurso visual rápido, una guía.
Si no dispones de Internet y es un encargo, haz listas de lo mencionado antes (el tema, si ya conoces algo así, que colores te recuerdan…). Escríbelo.
Y si simplemente te estás entreteniendo en el tren, pues casi puedes pasar directamente al siguiente punto.
60min.- A Manchar
Si has realizado esta primera parte del ejercicio, el “¿cómo empiezo?» y el «¿y ahora qué hago?” ya no estarán tan presentes en tu cabeza y cuando suene el cronómetro te abalanzarás con más ganas sobre la tarea.
Ok, estamos frente al soporte elegido para el proyecto, ya sea un papel o el archivo abierto de tu programa, etc.
Divide mentalmente en 9 partes tu soporte. Si es digital, seguramente no será tu archivo final y ya crearás el que toque a las medidas necesarias. Si es físico, procura tener más de uno. Y una recomendación: a ser posible, mejor soportes o tamaño de archivo relativamente grandes. Nunca sabes si al final puede salir una ilustración genial pero demasiado pequeña para ser usada en algo (sobre todo en digital). Y si el soporte físico es grande, siempre podrás cortar y reencuadrar.
Ahora, en esta rejilla mental, hacemos manchas con lo que tengamos. Sí, como lo oyes, puras manchas sin ningún sentido aparente. No importa como las hagas, ni si son de café, pero mejor si utilizas directamente los materiales y herramientas con los que crearás la ilustración. Esto nos tiene que servir para empezar a despertar la mano, desentumecerla y que no le importe demasiado a nuestra cabecita lo que estamos haciendo.
Según lo que utilices, lo que aprietes, cómo lo apliques, cómo lo orientes, etc. obtendrás varios tipos de mancha. Procura que tengan formas y tonalidades diferentes, aunque recomiendo que sean sólo del color base y neutro. Tu objetivo es obtener 9 manchas rápidas y un tanto diferentes sobre tu lienzo.
Si no tenías prevista una temática, procura que todas ellas sean muy distintas. Todavía no sabes si será un personaje, un prop, un paisaje, una nave, o un poco de todo. Haz que sean: con y sin extremidades, curvilíneas y rectas, de un mismo color pero diferentes tonos, y una relación de tamaños diferentes; desde relativamente pequeñas a ocupar todo el espacio de la rejilla.
Si tenías una temática previa, echa un vistazo rápido a que tipo de mancha proyectaría alguna de las imágenes que guardaste en la primera parte, es decir, a las formas y siluetas que las conforman. Cierra un poco los ojos para ver diferentes tonalidades.
NOTA IMPORTANTE: en este caso (2h de timeing), el proceso no debe llevarte más de 5 minutos. Recuerda que solo estás haciendo manchas y que no tienes que pensar mucho… todavía. Es mejor haber hecho 27 que 9… ya verás como así encuentras más diferencias. Además, recuerda que una de las funciones era desentumecer la mano, y para ello mejor movimientos rápidos pero suaves.
Bien, ahora empieza una parte que para mí es particularmente divertida y relajante. Se trata de ir mirando las manchas, girándolas y si podemos, también combinándolas. Es hora de empezar a, más que mirar, ver. Como cuando éramos pequeños, buscamos qué hay en cada mancha y vamos añadiendo los trazos suaves que nos ayuden a “ver lo que queramos ver”. Las ideas saldrán solas y poco a poco. Es muy recomendable no hacer mucho tiempo en cada mancha, porque corremos el riesgo de quedarnos ahí, y es mejor hacer varias a la vez para todavía despertar más nuestras ideas. Aún no estas al 100% de tu creatividad y recuerda que seguramente tampoco va a ser más que el esbozo, por lo que no te pases con el tiempo dedicado a ello. Normalmente con 20 minutos será suficiente y tu mano ya estará relajadita.
Pasado más o menos ese tiempo, toca elegir cual o cuales desarrollaremos más. No recomiendo más de dos y lo ideal será que los cortes y pegues en un documento nuevo, o en caso de soporte físico, calques o copies en uno nuevo con el tamaño que querías para tu obra. Es el momento de poner a prueba todas tus técnicas de ilustración para adelantar lo máximo posible.
Si trabajas por placer, puedes agotar el tiempo de esta sección, y no olvides dotar de un poco de sentido a tu trabajo. Quiero decir, añádele historia a lo que te ha salido, detalles para tornarla coherente y que te cuente algo más.
Si se trata de un encargo, cuando casi haya pasado todo el tiempo de esta parte, puedes intentar hablar con el cliente o con tu jefe para estar seguro de que vas en la línea deseada.
NOTA: hay clientes a los que no conviene enviar un trabajo»a medias», pues es cierto que no todo el mundo ve en una ilustración a medias lo que un ilustrador ya ve aunque no esté acabado. Eso debes valorarlo tú.
Y por último llegamos a la 3ª parte.
30min.- Detalla y vuelve a detallar
Por fin! Ésta suele ser una parte bastante entretenida, en la que solo debemos concentrarnos en realizar los detalles y como queremos que sea el arte final. Más detalles? Filtros de color? Reencuadres? O prefieres esos efectos inacabados que dan vida? Sea como fuere, es la recta final y debes poner aquí toda la leña al fuego. Es hora de lucirse y acabar. Cuando te hayas dado cuenta, ni te acordarás del «miedo» al papel en blanco que tenías al principio. ENHORABUENA!
Bien, espero que este ejercicio te haya servido de ayuda. No dudes en escribir para mostrarme tus trabajos! Será un placer verlos y, si quieres, compartirlos aquí: solo dímelo.
Saludos y hasta el siguiente post! xv
P.D.- Aquí te dejo un ejemplo de una ilustración hecha con esta técnica. Sin objetivo de ilustración inicial y en un tiempo de unos 45 minutos. Espero que te guste!